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Nuestro desempeño bajo presión vs motivados - Vinculos Estratégicos
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Nuestro desempeño bajo presión vs motivados

Todos en algún momento de nuestra jornada laboral, vivimos momentos de estrés, ya sea porque tenemos presión por entregar algo a tiempo, porque tenemos que realizar alguna tarea retadora, porque tenemos que cumplir objetivos con pocos recursos, porque estamos rodeados de un ambiente tenso… Podríamos enlistar un sinfín de factores que nos pueden ocasionar presión y estrés. Pero también hay días en los que nos sentimos motivados, confiados y seguros que lograremos nuestros objetivos. Nos sentimos con energía, con ideas para proponer. Sentimos que a la primera todo nos sale bien. ¿Pero cómo todas esas sensaciones afectan nuestro desempeño laboral?

Bertha Reina, Gerente General, aborda el tema desde los dos puntos de vista, expone que cuando trabajamos bajo presión, tratamos de ser efectivos en una situación adversa y que, para algunas personas, esos momentos los vuelve más creativos para buscar solucionar el problema. Por el contrario, otras personas pueden sentirse bloqueadas o agobiadas.

Es en esos momentos en los que debemos ser más conscientes de cómo reaccionamos a esa situación y aprender a conocer qué es lo que causa o detona sentir estrés. “Yo no creo que podamos gestionar las emociones, porque no somos robots. No podemos decir alegría, enciéndete. Tristeza, enciéndete; sino que debemos gestionar las situaciones. Aprender a cómo responder ante ellas.” Expresa Bertha Reina. Recordemos que a veces, la mente no sabe reconocer lo que es real a lo que es imaginario. Asociamos situaciones pasadas y nos predisponemos. El cuerpo responde ante esa situación como si fuera una amenaza real e inmediatamente sentimientos de estrés y preocupación nos agobian, llegando a perder el control.

Todos los días nos enfrentamos a situaciones de estrés, pero no sólo porque la vida va rápido, nosotros también tenemos que hacerlo. Debemos buscar equilibrio y para ello es importante detectar qué cosas nos generan estrés, ansiedad, preocupación, para poder tener un plan de acción al momento de entrar en ese estado. Nuestra salud mental y emocional debe ser nuestra prioridad y eso también nos lleva a aprender a poner límites. En nuestro horario laboral debemos ser 100% efectivos y cumplir con nuestros objetivos, pero luego de eso, respetemos también nuestro tiempo personal, el tiempo con nuestras familias. Recordemos que el trabajo es parte de la vida, pero no es la vida. No debemos ir a casa con esas preocupaciones. Sentir preocupación no resolverá los problemas. Ahora más que nunca estamos viviendo una época en la que los colaboradores tienen más libertad y flexibilidad para proponer alternativas y negociar, por lo que podemos ser honestos con nuestros líderes para llegar a vivir con equilibrio.

Para poder anticiparte y evitar sentir presión, podemos poner en práctica estos dos consejos:

Identificar lo urgente de lo importante

Si tenemos 10 tareas que debemos entregar pronto, identifiquemos cuáles son las urgentes y cuáles las importantes. Por ejemplo, si es una tarea que llevará poco tiempo, hacerlo de inmediato. También podemos llevar una agenda para organizarnos en el tiempo y tener presente la fecha de entrega, y si es algo en lo que podemos solicitar apoyo, delegarlo.

Organización

En momentos de caos, debemos organizarnos. Hacer un análisis rápido y ponerle fecha para poder cumplir en tiempo y calidad. Trazarnos objetivos realizables. No prometamos algo que no podamos cumplir.

Ahora, ¿Qué sucede cuando estamos motivados? Sin duda nos sentimos que podemos lograrlo todo, sentimos seguridad de nuestras capacidades para hacer lo que nos asignan o lo que nos propongamos. Nos la creemos. La motivación, nos ayuda a volvernos disciplinados y a tener claro a dónde queremos llegar. Nos volvemos conscientes de nuestro entorno y de las circunstancias, apreciamos lo que está sucediendo y los errores los recibimos como un aprendizaje.

Y ¿Qué podemos hacer para mantenernos motivados, o mejor dicho, para promover la automotivación? Bertha Reina recomienda:

Encontrar nuestro propósito y conectar con él

Descubramos qué es lo que nos mueve, cuáles son los factores que nos causan felicidad, orgullo, satisfacción. Definamos nuestras metas para poder trabajar en alcanzarlas.

Conócete

Preguntémonos qué es lo que nos hace perder la motivación. Hay cosas que dependen de uno, pero otras no. Enlistemos todo aquello que nos molesta y también todo aquello que nos levanta los ánimos. Practiquemos hábitos que cultiven la motivación.

El lenguaje tiene poder

“Tengo que hacer dieta”, “Tengo que hacer ejercicio.” No es porque tienes que hacerlo, es porque quieres tener un estilo de vida, quieres alcanzar un propósito y lo vas a disfrutar. Practiquemos el hábito de decir afirmaciones positivas.

La actitud positiva también es clave para poder gestionar nuestras emociones y pasar de un momento de estrés a sentirnos motivados. Cuando estamos estresados, hacemos las cosas porque tenemos que hacerlas, pero cuando estamos motivados, hacemos las cosas porque queremos cumplir. Cuando estamos bajo presión estamos sobreviviendo y cuando estamos motivados, estamos viviendo.  Así que te invitamos a conocerte, descubrirte para aprender a pasar del “Tengo que hacerlo al quiero hacerlo.”

Consulta por nuestro servicio AQUÍ en el que ofrecemos una asesoría personalizada para autoconocerte y potenciar tus habilidades.

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